Hoy quiero hablaros sobre la lectura como parte fundamental para aprender a escribir.
Estamos inmersos en un mundo en el que la lectura es y ha sido un valor fundamental del desarrollo de la persona y es a través de ella donde encontraremos todos los estilos y formas de comunicarnos que podamos imaginar.
Todos los días nos econtramos con la posibilidad de leer textos en infinidad de ocasiones y es a través de ellos cuando mejor podemos tomar una actitud crítica y comenzar a diferenciar entre los que son más o menos correctos. Desde la publicidad que nos rodea en rótulos y anuncios, los manuales de determinados artículos, correos electrónicos que recibimos o artículos que leemos en el diario, hasta la literatura o algún libro de texto que estemos leyendo para incrementar nuestros conocimientos, todos son buenos ejemplos para analizar formas de expresarnos.
Más de una vez nos hemos encontrado, por comenzar por lo menos denso, con un anuncio publicitario que capta nuestro interés a través de la palabra. Es en esta clase de escritos donde vamos a encontrar muchas veces auténticas frases cargadas de significado y llevadas a la mínima expresión. Podemos comenzar por valorar estas como grandes aportes a la comunicación y compararlas con sus cohabitantes, muchas de ellas mal conjugadas, sin mensaje claro y poco directas. He querido comentar lo primero esto porque, a pesar de ser los más escuetos, son textos altamente trabajados y que tratan de sintetizar y comunicar en muy poco texto, grandes mensajes. Son además de todos conocidos y todos tenemos algunos en mente que nos gustó pero es muy probable que no retengamos ninguno que no nos gustó, convenció, o no nos dijo nada. ¿Que significa esto? Pues sencillamente que un buen escrito, un buen mensaje, aprender a escribir correctamente, nos va a ayudar a que la gente mantenga lo que le decimos en su memoria mayor tiempo y, por lo tanto, se convierta en un texto con mayores garantías de éxito.
Obviamente podemos hacer el mismo esfuerzo con cualquier género y recordar relatos cortos, pequeñas novelas, grandes biografías o cualquier género porque cuando encontramos algo que nos llena, lo guardamos en nuestro interior.
De esta forma, con una lectura meditada y poniendo un poco más en lo que vemos, en cualquier estado, momento o impreso, podremos aprender y mejorar en las comunicaciones que tengamos que llevar a cabo durante nuestras vidas, dándoles una mayor envergadura y acercándonos al objetivo último que es comunicar y hacerlo de la forma más correcta.
Muy pronto estaré con todos vosotros dándoos más impresiones sobre el cómo redactar e incitando a todos a continuar en la mejora de las técnicas para escribir.
Pues te doy toda la razón. Es imposible escribir o hablar bien si antes no se ha leído muchísimo. Yo leo hasta los prospectos de medicamentos y los manuales de instrucciones, que están tan mal traducidos…
Leer, leer y leer… Es imprescindible para escribir bien.
Un besote
Hola Laube. Gracias por tu comentario. Parece evidente lo que contamos pero hay que tenerlo muy en cuenta para que cuando leamos nos fijemos en todos los aspectos de la escritura.
me alegro de que compartas mi opinión y espero volver a verte por aquí.
Un saludo
Claro que me verás por aquí!. Ya me he suscrito a tus entradas. Siempre es un aliciente aprender y tu blog me ayudará a seguir aprendiendo. Nunca una termina de aprender.
Un besote